CORO
Estrofa
1
Amor,
invencible en la batalla.
Amor,
que sobre las fieras te precipitas,Que en las tiernas mejillas de las doncellas
Pernoctas, y vas y vienes por las ondas del mar
Y las agrestes guaridas de las fieras;
Nadie de ti puede escapar, ni entre los inmortales,
Ni entre los hombres, criaturas efímeras.
Quien te posee, enloquecido queda.
Antistrofa
1
El
corazón de los justos tú lo desvías
A la
injusticia para su propia ruina.Tú eres también quien suscitó
Esta disputa entre hombres de la misma sangre.
Vence –a la vista está- el deseo producido
Por los ojos de una novia buena para el lecho;
Ese deseo cuyo sitial está entre los amos supremos
Cabe a sus leyes augustas, porque es
En su juego invencible la diosa Afrodita.
Antígona, Sófocles.
Me
parece igual a un dios
el hombre que frente a ti se sienta
y absorto escucha mientras le hablas dulcemente
y sonríes con amor.
Esto, no miento, no, me sobresalta
dentro del pecho el corazón;
pues si te miro un solo instante
mi voz no me obedece,
la lengua se me hiela, un sutil
fuego corre bajo mi piel,
mis ojos no ven nada, me zumban los oídos,
un sudor frío me cubre, un temblor
me agita toda entera y estoy, más que la hierba,
pálida,
y siento que me falta pocoel hombre que frente a ti se sienta
y absorto escucha mientras le hablas dulcemente
y sonríes con amor.
Esto, no miento, no, me sobresalta
dentro del pecho el corazón;
pues si te miro un solo instante
mi voz no me obedece,
la lengua se me hiela, un sutil
fuego corre bajo mi piel,
mis ojos no ven nada, me zumban los oídos,
un sudor frío me cubre, un temblor
me agita toda entera y estoy, más que la hierba,
para quedarme muerta.
Safo
Vivamos,
Lesbia mía, y amémonos,
Y las
murmuraciones de los viejos severosPensemos que no valen un ardite.
El sol puede morir y renacer;
Nosotros, cuando muera esta breve luz,
Tendremos que dormir una noche perpetua.
Dame mil besos, luego cien,
Y, al fin, cuando contemos muchos miles,
Confundamos la cuenta para no saber el total
Y para que ningún malvado pueda envidiarnos
Al saber que los besos han sido tantos.
Catulo, V
Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris,
Nescio,
sed fieri sentio et excrucior.
Te odio
y te amo. Quizás me preguntes por qué hago esto,
No lo
sé, pero siento que ocurre y me atormento.Catulo, LXXXV
No
investigues, pues no es lícito, Leucónoe, el fin que ni a mí
Ni a ti
los dioses destinen; a cálculos babilonios no te entregues. ¡Vale más sufrir lo que haya de ser!
Te otorgue Júpiter varios inviernos o solo el de hoy,
Que destroza al mar Tirreno contra las rocas, prudente
Sé, filtra el vino y en nuestro breve vivir la esperanza
Contén. Mientras hablo, el tiempo celoso habrá ya escapado:
Goza del día y no jures que otro igual vendrá después.
Horacio, Odas I 11
El
amor y el odio luchan y arrastran mi liviano
corazón, uno hacia aquí, otro hacia allá, pero, eso creo,
vence. Odiaré si puedo; si no,
a pesar mío, amaré.
Tampoco el toro ama el yugo; pero tiene
lo que odia.
Huyo de su perfidia, su belleza me hace volver
atrás de la huida;
Me repugnan sus costumbres licenciosas,
amo su cuerpo.
Así ni sin ti ni contigo puedo yo vivir
y, al parecer, no sé lo que quiero……
Ovidio, Amores, III, 11b
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